jueves, 20 de septiembre de 2007

Nuevamente ¿?

Ya pasadas las Fiestas Patrias me surge la duda: ¿Qué mierda es la chilenidad? ¿Comer empanadas? ¿Tomar chicha? ¿Bailar cueca? Creo que la respuesta no está en aquellas acciones, sino en algo más profundo. O mejor dicho "importante". ¿Pero qué es ese algo más importante? Parto por la más común de las preguntas por todos los medios de comunicación que se vanaglorian o de ser rupturistas o de ser "cultos". La típica encuesta efectista y desabrida frente a la Moneda donde le preguntan al chileno promedio "qué se celebra el 18 de Septiembre". Las respuestas son avergonzantes obviamente: desde que es el cumpleaños de Bernardo O'Higgins hasta que es el día del Golpe de Estado llevado a cabo por el asesino Pinochet. Florido -y colorido- repertorio de la ignorancia nacional. Pero poniéndonos en el caso que alguien respondiese "se celebra el aniversario de la Primera Junta Nacional de Gobierno llevada a cabo por los criollos residentes en fidelidad al Rey de España debido a la designación por parte de Napoleón de "Pepe Botella" como Rey de España y sus colonias" considero que procedería la siguiente pregunta: ¿Quién chucha fue Ignacio Zenteno?" El dueño de una panadería he escuchado como una de las respuestas. Ese wn fue el que junto a Bernardo O’Higgins, Miguel Zañartu e Hipólito de Villegas firmaron el Acta de Independencia de Chile en 1823, año que debiese considerarse como el real año de Independencia. Por eso la calle chica que está contigua a la Moneda se llama Zenteno, no por cualquier motivo. Y poniéndonos de nuevo en el positivo caso de que la respuesta de un chileno promedio fuese la correcta... ¿Es acaso ese chileno más patriota que el milico que está recagado de frío en la Antártica haciendo posesión efectiva de suelo antártico en favor del país? ¿O es más chileno que el milico que patrulla la línea de la Concordia todas las noches? No es que me encuentre en un arranque chauvinista, pero me parece interesante la interrogante. O acaso aquellos ejemplos anteriormente mencionados son más patriotas que ese abuelo campesino que con suerte sabe leer o escribir le enseña a su nieto a tocar tonadas, cuecas y payas en guitarra. No lo sé, pero lo que sí sé es que ojalá no me encuentre el próximo año con que en la primera fonda que vaya escuche a un pelotas como Don Omar metiendo ruido (sí señores, RUIDO) con su cagada de Gasolina o el siguiente ritmo desechable de turno, tal como lo fue el Axe, las Boys Bands, el Tecno y cuanto engendro más.
Y ojalá que aprendamos algo más de nuestro país y no seamos como ese típico piojo resucitado que apenas le suben el sueldo no haya nada mejor que cambiarse de barrio hacia el sector acomodado de la ciudad, comprarse la SUV (Suburban Van, esos típicos cacharros monstruosos petroleros y con más espacio que furgón escolar y que terminan llevando al pelotas de turno y su esposa peliteñida con 1 o 2 cabros chicos cochinos y sin modales) e ir de vacaciones al Caribe en vez de dedicarse de conocer su país.
A modo de anécdota, recuerdo mis visitas a lugares tan recónditos como maravillosos como Cunco, Huallenmapu, Liucura, Entre Lagos, Curacautín, Traiguén, Quidico, Capitán Pastene (tarea pa la casa pa'l despistado que lea esta huevada: averiguar por qué el pueblo se llama así), Curanipe y demases que no recuerdo en este momento donde la gente vive sin insidias, sin farándula, sin tele o diarios y donde los vecinos se ayudan entre ellos y los pacos no son pacos, sino Carabineros en toda su expresión de la misma manera en que los milicos son milicos, sino Ejército de Chile colaborando con la comunidad de manera efectiva. Si he conocido esos pueblos no ha sido porque estén incluidos regularmente en paquetes turísticos (difícil encontrar en un paquete turístico pueblos en los que no hay electricidad, se encuentran en medio de la nada y ni siquiera hay caminos de ripio, sino sólo bosques rodeando comunidades mapuches... que por cierto no son esos ogros que sólo quieren quemar las casas de los esforzados empresarios, pomada que nos venden los medios de comunicación y el Ministerio del Interior), sino porque he llegado a éllos en circunstancias maravillosas que merecerían un comentario aparte (ya veré si me animo). Obviamente con esto doy las pautas de qué es lo que quiero pa la sociedad chilena, pero tengo claro que no es lo correcto, sino lo que más me agrada. Y es mi derecho expresarme, total esta huevada es mía y escribo en ella lo que se me plazca (aunque nadie lea esto). Me despido ahora, escuchando Los Jaivas y acordándome de todos los pies de cuecas bailados en la Fonda Huachaca

jueves, 6 de septiembre de 2007

Adiós MAESTRO


El MAESTRO se ha ido.

Se apagó su voz hace algunas horas.

Es una pena grande. Grande, porque creo que para cualquier persona que le guste la música le debe producir algo saber de la pérdida de este gran tenor. Yo siendo un fanático acérrimo del rock, metal y el jazz considero que es una pérdida irreparable. Debe ser también porque lo que he hecho en cada una de mis incursiones musicales ha sido básicamente cantar y en este proceso de entrenar la voz, descubrir nuevos matices dentro de las propias posibilidades y buscar íconos, Luciano Pavarotti ha sido obviamente una gran influencia. Su timbre de voz poderoso, cálido e inmensamente apasionado me llega profundamente. A modo de anécdota recuerdo que en mis primeros años de vida solía -como casi cualquier persona- cantar en la ducha alguna melodía pegajosa. Y una de las típicas melodías que emulaba en mi infancia era el afamado "Funiculì Funiculà" (Turco) junto al también conocido "La Donna è mobile" (Verdi) interpretado por Pavarotti. Si eso sirvió para que me dedicara a cantar cada vez que considero que la ocasión lo amerita, no lo sé. Pero lo que sí sé es que la voz del Maestro me marcó desde temprana edad así como también marcó al mundo en su intensa labor de difusión de la música "docta" a las masas.

Desde esta humilde tribuna rindo honores y presento mi respeto al Maestro Luciano Pavarotti, escuchando en este momento su apasionada interpretación (que me conmueve como la primera vez que lo escuché) de "Caruso", cuando el mismo Maestro rendía honores al Maestro Enrico Caruso.

Buen viaje Maestro Pavarotti, de todo corazón de este rockero y metalero, pero sobretodo amante de la buena música.

Luciano Pavarotti (Módena, 12.10.1935 - Módena, 6.09.2007)
Q.E.P.D.