Hace mucho tiempo que no sentía ese "calor" en mis manos. Ese calor que no proviene de una fuente física de calor (léase una fogata, estufa, calefactor, brasero, etc.), sino que tiene una raíz más profunda, de las sensaciones. Recuerdo que la última vez que sentí eso fue cuando decidí irme de la UDIversidad "Andrés Bello" (más conocida como fUNAB) luego de reiterados problemas económicos, peleas con un profesor (de fisiología) y discrepancias en torno al "ambiente universitario" más similar a un centro comercial que a una casa de estudios. Pero el lugar donde la sentí es en la nueva casa de estudios en la que estoy, la Chile. Hoy tuvimos una asamblea de los alumnos de Bachillerato (allí es donde estoy ahora) con respecto a la educación de nuestro país y qué hacer al respecto. Se trataron varios temas contingentes al campus Juan Gómez Millas, pero todo enmarcado en esta lucha por mejorar la educación. Y es aquí donde se siente el calorcillo: viniendo de un colegio particular y pasando luego por una universidad privada debo decir que la experiencia es nueva: 24 años viviendo en el mundo de Bilz y Pap. Nunca supe qué era un paro, qué era una toma ni nada por el estilo. Leía mucho de eso, intentaba saber qué se generaba en esas situaciones. Si bien siempre fui calificado de "izquierdoso", "comunacho" y demases epítetos en las instituciones por las que pasé debido a que reclamar lo que crees justo es casi siempre mal mirado (que yo esté de acuerdo con postulados izquierdistas es otra cosa), nunca había pasado por este tipo de experiencias...
Las manos se quemaban... al darse cuenta de la responsabilidad que se tiene.
Las manos se quemaban... al ver que una parte del curso se arrancaba de la asamblea para ir a clases siendo que se había votado paro instrumental.
Las manos se quemaban... al darte cuenta que tienes prueba el sábado y que no se sabe si se puede reprogramar.
Las manos se siguen quemando... al confrontar bien común con interés personal : el "ansiado" cupo a Medicina para retomar mis estudios inconclusos
Las manos queman... mientras espero el discurso de la presi.
Las manos queman... y muy fuerte.
Y ME AGRADA QUE ASÍ SEA
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